La decisión de crear una Sociedad Limitada (S.L.) o continuar como persona física depende de varios factores, como los beneficios esperados, la responsabilidad deseada y los riesgos de la actividad. Generalmente, se recomienda empezar como persona física y considerar la constitución de una S.L. cuando los beneficios superan cierto umbral, como 50.000 euros anuales. La S.L. ofrece la ventaja de limitar la responsabilidad al capital aportado, protegiendo el patrimonio personal.
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